Endemic

Endemic nace en 2012 fruto de la inquietud y la pasión que tenía principalmente el pequeño de los hermanos, Raúl Ferrer, y que poco a poco ha ido transmitiendo a toda la familia. Una tarea que no le resultó muy complicada, ya que los tres han nacido y crecido en una familia de agricultores. Han tenido una vida llena de amor hacia la tierra y el cultivo que se ve reflejada en los vinos que elaboran con tanto mimo. Cuando el padre dejó de poder trabajar en el viñedo, tomaron la decisión de conservar el especial patrimonio que tenían desde siempre en su familia, empezando a trabajar y elaborar vinos año tras año hasta ahora.

Y así nace Endemic, un proyecto bajo la filosofía de la conservación del patrimonio vitivinícola, de la práctica cultural y del cultivo, del viñedo viejo, y la conservación de una manera de hacer vino lo más respetuosa y artesanal posible con el entorno y con prácticas poco intrusivas y poco dañinas cuando se elabora el vino. “Así es como nace fundamentalmente, de una pequeña barrica en la que apenas había 300 botellas en el año 2012 y con el tiempo ha ido aumentando la producción que hemos ido cosechando, cortando y vinificando hasta el 2022 que casi hemos triplicado la cantidad de vino que estamos haciendo”, afirma Pablo Ferrer.

A unos 800 metros de altitud, con inviernos fríos y veranos muy calurosos, se encuentran los viñedos de este proyecto. En Endemic trabajan fundamentalmente con viñedos viejos, de 90 a 100 años, de la variedad bobal, la autóctona de la zona, y a veces también con la tardana o el cencibel. Los viñedos los trabajan de una forma estrictamente ecológica, sin ningún tratamiento ni ningún tipo de fungicidas ni plaguicidas. “Para nosotros trabajar en ecológico es fundamental, tenemos que respetar los ciclos biológicos del viñedo, tanto de los suelos como de la microfauna que existe. Al no introducir ningún compuesto químico, enriquecemos nuestras uvas en una gran diversidad de levaduras y de bacterias que son las que nos van a aportar las características de nuestros vinos”, ha explicado Raúl.

Siguiendo en esta misma línea, sus vinos se elaboran en una “ecobodega”, es decir, una bodega totalmente ecológica, desde el cultivo que entra hasta la propia energía que utilizan para elaborar los vinos, incluso un pozo del que se abastecen de agua. Pablo nos explica que con este sistema «la bodega se nutre de un proceso de retroalimentación en el que los inputs de energía son los menos posibles», cerrando el círculo de una filosofía bajo el lema de ser lo más ecológicos posible e intenar hacer el menor daño posible al medio ambiente.

Actualmente cuentan con 11 barricas que les permiten producir actualmente unas 3.000 botellas. Endemic, Endemic Segundo y Endemic Premium, son los tres vinos que conforman el catálogo de esta  pequeña bodega.

Un proyecto muy especial que con esfuerzo se ha podido sacar adelante, también con gracias al proyecto de mejora de la Eco-Bodega Ferrer-Gallego de los fondos europeos LEADER. Pero también gracias al amor de los tres hermanos por la tierra que han conseguido complementarse cada uno en su parcela, aunque todos haciendo de todo, para que esto salga adelante y crezca cada año.