Clos de Lôm ha forjado su propuesta en base a una bodega joven, fundada en 2018, que tiene un legado familiar de casi 200 años que afianza cada paso que ejecuta. A pesar de su juventud, ha conseguido crear una línea de productos en la que la esencia gira en torno a las variedades autóctonas.
La línea de productos de la bodega, conformada por un total de seis referencias, se asienta desde un primer momento en una gama de cuatro monovarietales: un blanco malvasía, un rosado monastrell, un garnacha y un tempranillo.
Sin embargo, en 2020 consiguen dar un paso más allá que se formaliza con la llegada de Isidra, un crianza elaborado con garnacha y tempranillo que se somete a 12 meses de barrica y que nace como homenaje a todas las mujeres de la familia que han trabajado en la finca vinícola.
Por último, Clos de Lôm ha sumado a su parrilla Casa las Monjas, un reserva de uva monastrell con 24 meses de crianza que vio la luz el pasado año para redondear las propuestas de la bodega.
Afincada en los márgenes de la localidad de Fontanars dels Alforins, la firma ha conseguido crear una identidad que tiene una relación estrecha con el terruño y la magia de Terres dels Alforins.
Esta ubicación en uno de los parajes más privilegiados de la Comunitat Valenciana ha servido como impulso para una bodega que ha entendido la importancia que tiene este lugar.
En una propiedad que dedica prácticamente 300 hectáreas a la plantación de viñedos, los descendientes de Dupuy de Lôme han conseguido dar forma a un proyecto que parte de una herencia familiar que comenzó en 1836. Desde entonces, cuatro generaciones han optado por desarrollar un proyecto que ha crecido hasta convertirse finalmente en la firma que hoy conocemos como Clos de Lôm.
La bodega está dirigida actualmente por Lucía Serratosa, cabeza visible del proyecto y descendiente de Dupuy de Lôme, que llega acompañada de un equipo de trabajo que crea un ambiente familiar en el que viñas viejas y jóvenes comparten espacio para elaborar vinos variados.
Parte del crédito de esta evolución como bodega se lo deben a uno de los grandes enólogos a nivel nacional: Pablo Ossorio, director técnico de la bodega, que ha aportado su conocimiento y experiencia a un proyecto que ha encontrado su hueco en un mercado exigente gracias a la defensa de unos ideales claros, ligados a su origen centenario.
La bodega ubicada en el paraje de Terres dels Alforins ha afianzado su oferta alrededor de unas cepas autóctonas que se erigen como protagonistas en los diferentes vinos elaborados en su finca.
Una de las claves de trabajo de la bodega es la lealtad a la tradición y sus correspondientes ideales, pero sin dejar de mirar al presente y al futuro con aires de innovación en los que los integrantes de la bodega se adaptan a las oportunidades que ofrecen las viñas.
Clos de Lôm es el reflejo de 200 años, y cuatro generaciones, trabajando entre viñas para cumplir un sueño que un día imaginó Dupuy de Lôme.
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