El ‘winelover online’ fija su mirada en el vino local en webs que den valor añadido

El universo online ha llegado al mundo del vino para quedarse

 

Uno de los efectos más directos de la pandemia para el mundo del vino ha sido, sin ninguna duda, la aceleración de la digitalización. Si el sector caminaba a velocidad de crucero hacia el canal online, la pandemia ha acelerado ese proceso cerca de 10 años, según los expertos. Las duras restricciones y los confinamientos han “obligado” al cliente a la compra online o en los comercios especializados. Pero no crean que es una moda, porque ha llegado para quedarse. Las ventas online de vino crecieron un 60% de media en España durante 2020, según un informe encargado por ProWein, uno de los certámenes más importantes del mundo en el sector de los vinos y los licores, a la Escuela Superior de Geisenheim y publicado por Tecnovino. Para elaborarlo se encuestó a finales de 2020 por cuarta vez a expertos procedentes de 49 países en toda la cadena de valor del sector del vino. Debido a la pandemia, la encuesta de este año se centró fundamentalmente en las consecuencias de la COVID-19 para el sector global del vino.

El informe deja patente que el universo online ha llegado al mundo del vino para quedarse.  En reacción a la pandemia, tanto los comercios como los productores intensificaron su comunicación online, inauguraron tiendas virtuales, organizaron degustaciones virtuales y ofrecieron servicios de envío. Esta transformación digital del sector del vino, acelerada por la COVID-19, continuará en el futuro, según los expertos encuestados.

Pero, ¿qué valora el cliente cuando hace una compra online?

Servicio de entrega.- Bajo el lema «Si el cliente no puede venir al vino, el vino irá al cliente», uno de cada dos comerciantes especializados en vinos, uno de cada tres restaurantes y uno de cada cuatro productores han establecido un servicio de entrega a domicilio de sus productos. La rapidez en la entrega y, durante la pandemia, la seguridad del protocolo son dos de los factores que influyen claramente en la decisión de compra.

Vinos locales, de calidad y, si es posible, sostenibles. Una de las tendencias de consumo ha sido que el cliente ha mirado mucho más al producto de cercanía, de kilómetro cero. El informe dice que “los consumidores recurrieron en mayor medida a vinos locales y regionales. Así, el comercio del vino prevé que los compradores presten mayor atención a los precios, aunque, al mismo tiempo, confía en un aumento de la demanda de vinos de producción regional y sostenible”. Portales bien posicionados en vinos locales cuentan con ventaja y son una buena apuesta para las bodegas, sirviendo de complemento a su propia tienda online.

Prescriptores que den un valor añadido. El consumidor quiere saber de cada vino, y cuanta más información, mejor. La balanza se decanta aquí hacia webs que cuiden la estética y el diseño, que ofrezcan información rigurosa de cada producto, que cuenten la historia que hay detrás de cada proyecto, las personas que lo conforman y que ejercen como prescriptoras. Las webs deben realizar la labor de un responsable de un comercio tradicional, respondiendo con información de calidad a todas las necesidades del comprador.

Un cambio que ha llegado para quedarse. Los expertos encuestados coinciden en que el comercio virtual del vino seguirá ejerciendo un papel muy importante incluso después de la pandemia. Sin embargo, y del mismo modo, los encuestados opinan que las ventas de vinos a través de comercios minoristas saldrán reforzadas de la crisis. Uno de cada tres prevé que en el futuro se sigan vendiendo vinos de primer orden a través del comercio minorista de alimentos.

Se habla de que la pandemia ha adelantado 10 años la ‘era digital’. El mundo del vino no es una excepción, y ahora mismo es fundamental la apuesta por la digitalización, tanto propia como en canales externos que ejerzan prescripción. O estás online, o no existes.

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